sábado, 8 de agosto de 2009

Bienvenido

Gorosito no lo contará como un refuerzo, pero cuando el lunes vuelva a encontrarse con los jugadores tendrá una cara más en el plantel. Nueva si se toman en cuenta los 30 que viajaron a Canadá, vieja si se compara con el grupo que tuvo durante el Clausura. ¿Cómo es eso? Así como lo leyó porque el que se sumará al equipo es Juan Marcelo Ojeda, quien ya recibió el alta médica y, entonces, volverá a entrenarse a la par de sus compañeros. Después de los estudios de rutina que sirvieron para detectarle una leucemia crónica y provocaron la caída de su venta al Atlas de México, el tratamiento que realizó el arquero le sirvió para que la cantidad de glóbulos blancos recuperara su valor normal y así recibió el okey de su especialista para practicar con normalidad.

El 26 de junio pasado, cuando ya estaba todo acordado entre River y Atlas, el típico análisis de sangre previo a la pretemporada le puso el freno a la ilusión del arquero de pasar a un club adonde consiguiera la continuidad que siempre le costó tener en Núñez y su preocupación pasó a ser su salud antes que su futuro futbolístico. Enseguida lo mandaron a reposar en su casa, le hicieron más estudios y se determinó que en su caso se trata de una leucemia crónica, por lo cual no estaba en riesgo su vida. Así recuperó las ganas de volver a atajar, al punto que se presentó en el Monumental al regreso de las vacaciones con intenciones de viajar a la gira, pero el cuerpo médico y técnico le pincharon esa ilusión y le dijeron que lo mejor era que estuviera en Argentina hasta que le dieran el alta definitiva, noticia que Juan Marcelo recibió justo al regreso del equipo.

En Canadá, Gorosito ya le había comentado a Olé que el santafesino había comenzado a trotar en Ezeiza y que el PF Agustín Buscaglia le había mandado una rutina de trabajos físicos. En el predio, Ojeda arrancó tras más de un mes de inactividad, bajo la mirada de Diego Mirabella, el preparador físico de la Reserva. Fueron ejercicios livianos al comienzo porque, más allá de su falta de ritmo, debía cuidarse de no golpearse en el bazo, que había tenido inflamado. Y ayer, con la autorización médica correspondiente, inició su plan de reacondicionamiento físico ya más exigente. "Marcelo está muy bien, contento por su salud y con ganas de ponerse bien y poder atajar. Nos da mucha felicidad que se haya recuperado tan pronto", cuenta Fabián Soldini, representante del arquero.

Con la alegría por la noticia y con la motivación de reencontrarse con sus compañeros, Ojeda se fue a Arroyo Seco a disfrutar del fin de semana libre con su familia porque a partir del lunes se meterá de lleno en una pretemporada progresiva para recuperar los días que no trabajó junto al plantel. La única consecuencia que le dejará por el momento esta leucemia crónica es la de tomar todas las mañanas un medicamento que no le generará inconvenientes con los controles antidóping. Por supuesto, no está para atajar el domingo 16 contra Banfield, pero él confía en que en poco tiempo podrá meterse en la pelea con su amigo Daniel Vega y los pibes --Leandro Chichizola y Gonzalo Marinelli-- que dejaron una buena imagen en los amistosos canadienses donde les tocó actuar. Así, Pipo puede ir archivando la idea de sumar otro cuidapalos y Nicolás Navarro deberá pensar en seguir en el Napoli o buscar otro destino (ver página 11) porque el arco de River recibió una alta noticia: recuperó a Ojeda. Bienvenido.

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