Llegó temprano, dejó su auto en el estacionamiento techado, entró al vestuario y saludó como si no hubiese pasado nada. Pero ahí, justo cuando estaba por pedirles la ropa para entrenarse a los utileros, el cuerpo técnico le comunicó lo que ya se sabía. "Nos alegra que te sientas bien, pero por ahora lo mejor es que no te entrenes", le dijeron. Y aunque soñaba escuchar otra cosa, Juan Marcelo Ojeda no se bajoneó. Al contrario. Consciente de que la leucemia que le diagnosticaron requiere especial atención, el arquero aceptó esperar los resultados de los últimos análisis que le hicieron (estarán en el transcurso de esta semana) antes de volver a trabajar en el club. Así como no le dieron el visto bueno para moverse en el regreso a las prácticas, ni se evaluó la chance de que el arquero viajara a Canadá, como él quería. Sin embargo, se sabe que el Chelo continuará en contacto permanente tanto con el doctor Luis Seveso como con el Profe Agustín Buscaglia: ellos, una vez recibido el informe de los especialistas, le enviarán un programa de entrenamientos para que pueda moverse a la espera del regreso del resto del grupo. Un aliciente mientras espera empezar su tratamiento, conseguir el alta y, ahí sí, soñar con el regreso a las canchas.
